martes, 11 de diciembre de 2012


El pasado se suicidaría en el presente.

Imaginémonos a esas bestias humanas de los años 1500 y pico en adelante, que siempre encontramos reflejadas en algún comentario del presente, pero que por comentario fugaz, rapaz y contradictorio no llega más lejos que eso: un comentario. Imaginémonos a esas personas con vestimenta diferente, lengua y mente diferente en el mundo de hoy. Como si una máquina del tiempo los sacara de la voz de la masacre, y los trajera a estos tiempos, en donde a veces y muchas veces surgen atropellos lingüísticos y físicos (pero no a tal extremo anterior). Pensemos en eso. Ellos aquí y ahora, con su mentalidad y edad pasada: de allí y anterior.

No cabrían, y si cabrían, no quisiesen caber. ¿Los mataríamos? Tal vez con la palabra, tal vez psicológicamente. 
¿Cambiarían? Para intentar dar una respuesta me voy a poner en su lugar. Si me trasladan a esa época, con esta edad, con esta mentalidad, esta ideología y pensamiento ¿Cambiaría y me adaptaría? ¿Dejaría que me maten? ¿Intentaría modificarlos?
Sé la respuesta que más me gustaría realizar, pero no sé la respuesta que realizaría. 
Porque aparte, no es lo mismo volver que saltar. 
Ellos se suicidarían, de una manera o de otra, pero lo harían, dejarían de existir. ¿Porqué? Porque estaría solos y no sabrían que la respuesta al cambio, que la respuesta a imponer algo, porque en definitiva todos queremos e imponemos algo, desde el simple hecho de vivir, estamos imponiendo nuestra presencia, nuestras ideas a nosotros mismos; es la organización, es el colectivo, es la masa. ¿Pero cómo avanza el colectivo, la masa? Necesita un conductor, una conductora. Sola se perdería o se enroscaría, como el dicho "muchas manos en un plato hacen mucho garabato". Pero no digo que dibuje uno solo en el plato, sino que de a poco, vaya pasando cada uno a dibujar una parte de ese garabato, y así, a medida que pasa el tiempo, el garabato se va constituyendo, construyendo. Tal vez nunca deje de ser garabato, pero al formarse y verlo con perspectiva se puede ir modificando en el trayecto. 
Entonces, volviendo a esas bestias del pasado que caerían como gota de agua en desierto. No importa qué harían. Importa que hacemos, nosotros, con esos destellos de ellos. ¿Los matamos? (sea psicológica o físicamente) y si no lo hiciéramos ¿Se suicidaría? Pero ¿qué es el suicidio? Acaso, ¿no es rendirse, cobarde y radicalmente, frente a un Otro? 
No sé...

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