jueves, 11 de febrero de 2010

Escuchando mis dedos caer sobre el teclado, me pregunto cuando llegará el momento.
Al fin, al llegar, nada más que unas miradas, unas palabras y nada más. 
Un nefelio de pensamientos rodeo toda esa ilusión y palabras que nunca llegue a decir.
Espero no volver a instalar pensamientos confusos en mi mente sin antes observar, no con la mirada, ni a nada en especial, si no al tiempo que nos envuelve en una nube y no nos deja visualizar. 


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