Sentada en mi cama, oyendo el constante ruido de mis suspiros, pienso en mis pensamientos y voy abriendo puertas hasta llegar, no sé a que lugar.
Abro y cierro mi cuaderno y absorbo cada una de las paginas vacías que en él hay.
Al pensar siento que puedo sacar algo bueno del rejunte de palabras que tengo, pero al escribirlas una insoportable desilusión recorre mi ser.
No puedo encontrar ese equilibro que todos buscamos y al que no llegamos.
Hace 7 años
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