domingo, 19 de junio de 2011

El agua caía como cortina blanca frente a mis ojos.
La gente corría por todos lados.
Yo estaba quieta, esperándote en la puerta de entrada.
No llegabas, no llegabas nunca.
El cielo sacaba fotografías como si fuese de noche.
Era de noche.
El agua que resbalaba de mi tapado caía en mi calzado.
Mirando el edificio de enfrente me encontré con la pasión de un sábado a la noche.
Luz cálida en tanta oscuridad, tormenta, relámpagos y mucho amor.
Pero se olvidaron de bajar las persianas.
Yo seguía esperando hasta que llegaste.

1 comentario:

  1. "Y al verte, esbocé la más dulce de las sonrisas, y nuestras miradas encontradas iluminaron todas las calles de la ciudad"

    esteee...no sé qué me pasó.

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